Génesis del objeto
Por Juan Salazar

La hechura de un objeto constituye el mejor argumento para crecer en el tiempo.Hacer y alternativamente deshacer para lograrlo es una operación que entraña cierta contrariedad, un esfuerzo que permite tocar la primera y la última superficie . El hallazgo es meritorio solo si aceptas esa pequeña verdad una vez la reconoces. Despojarse del ego, nos dispone a otra forma de voluntad.







Geometrías humanas motivadas en buena parte por esa condición de recinto del espíritu que el cuerpo humano tiene desde lo ceremonial de su transcurrir hasta la muerte.

El filo es un espejo dé dos caras que particularizo las mullidas moléculas de la madera mientras develaban otras moradas, la casa del ser interior.

Me preguntaba de qué estaban hechas las obras maestras y porqué irradiaban ese magnetismo tan envolvente. Que hace que uno recuerde para siempre esa obra, esas formas. todo aquello estaba en la superficie, en la piel de la obra, y como varado en una forma envolvente; también en un concepto, en las riquezas que la retina adiestrada descubre cuando repasa una creación y ante si, aparece en formaciones muy distintas y como un fósil con sus inclemencias aún visibles, formas escalonadas y pigmentos que se incorporaron con soltura y perfectamente afines en el caos armonioso que los trajo, y acontecen como la música ( la música es un rose de superficies y esta hecha para rosar el espiritu) el toque y sonido de las pieles de ciertos elementos que confieren mucho mas mérito a la superficie de su forma que a la forma en si.

La forma se resiste a los rigores del abrasivo y neutraliza con su gracia los vicios del brillo, para que aparezca el magnetismo del ultimo corte valorado a pulso, hasta poder ser un lugar común y perfectamente sentido, como estadios del artificio que hacen que cada cosa sea todo en un mismo tiempo, acoplándose perfectamente a las grietas de la modernidad; tendencias libradas a la sencillez por el trabajo, cautivas en su verticalidad de gran flecha que acepta lo primitivo.
Para nombrar al extraño objeto, es necesario un proceso aun mas consiente de su origen y también de su finalidad.